INTRODUCCIÓN
En el ámbito educativo, la vigencia y permanencia de
la enseñanza tradicional se encuentra notablemente afectada por los cambios del
mundo contemporáneo, en especial por la abundancia de noticias, informaciones y
conocimientos que se divulgan en forma simultánea y al instante de producirse
los hechos. Por eso, ya es un contrasentido que en la práctica escolar
cotidiana nos aferremos a la transmisión de contenidos programáticos para ser
memorizados, cuando sobre ellos hay una abundancia informativa que dificulta
grabar en la mente la diversidad de datos.
Para tener en cuenta esa dificultad, una respuesta
ha sido la reivindicación de lo cotidiano como opción para obtener el
conocimiento científico, pues ello facilita el estudio de los temas geográficos
en sus escenarios naturales, y da crédito a la emisión de las concepciones de
los actores protagonistas de los hechos geográficos vividos. Se trata del acto
de involucrarse, reflexionar y valorar los actos naturales y espontáneos
desarrollados por las personas, como protagonistas de los acontecimientos
diarios que ocurren en el espacio geográfico.
Inmersa en esos cambios paradigmáticos, la enseñanza
de la geografía encuentra otras opciones pedagógicas que permiten involucrar la
cotidianidad como espacio de indiscutible importancia en lo geográfico y
pedagógico. Por tal motivo, se explica
la problemática generada por la permanencia de la enseñanza geográfica
tradicional, se expresan los fundamentos que justifican la innovación
geodidáctica y se plantean las formas de enseñar y aprender geografía que
pueden contribuir al mejoramiento de su calidad formativa ante lo confuso e
incierto del mundo global.
En las condiciones del mundo actual emergen
renovados planteamientos pedagógicos que afectan las formas de enseñar como el
dictado y la clase explicativa y el aprendizaje memorístico, cuyo propósito ha
sido transmitir y fijar nociones y conceptos a través de actividades como el
dibujo, el calcado y la copia. En el caso de la enseñanza geográfica, además de
la transmisión de conocimientos, se promueven otras opciones que facilitan
interactuar con el espacio geográfico y elaborar otros conocimientos a partir
de la vivencia cotidiana, al hacer uso del diálogo, de la información de los
medios, la experiencia cotidiana y la investigación de la calle.
OPCIONES
GEODIDÁCTICAS PARA ENSEÑAR Y APRENDER GEOGRAFÍA
En el mundo contemporáneo, los procesos de enseñanza
y aprendizaje de la geografía encuentran en la apertura hacia el entorno
escolar, una opción para mejorar su labor formativa. Específicamente, el
rescate de las ideas, criterios, pensamientos y concepciones, resultantes de
procesos de construcción empíricos originados en el mismo desenvolvimiento de
las actividades diarias, como habitantes de una determinada comunidad. Svarzman
(2000) expone que esas otras opciones emergentes derivan de la inserción de las
personas en el escenario donde se desenvuelven diariamente. Allí viven
situaciones donde construyen informaciones y conocimientos desde una teoría que
se aplica y se conflictiviza en forma natural y espontánea, con los saberes
previos, hacia la construcción de nuevo conocimiento en forma directa y en el
mismo desarrollo de los acontecimientos.
Lo destacable de esas nuevas opciones para enseñar y
aprender geografía responde a que se desenvuelven como un proceso sin etapas ni
fases, a la vez que se transfiere, perfecciona e innova en la práctica, con
excelentes efectos formativos. El resultado son conocimientos más dinámicos
transformados con suma velocidad como puntos de vista, también activos, ágiles
y rápidos, a la vez que de una notable repercusión en la formación integral de
los educandos. Entre esas opciones se pueden citar las siguientes:
1. El diálogo (La
conversación cotidiana, la entrevista informal)
La dinámica del espacio geográfico se devela con
naturalidad y espontaneidad en las conversaciones informales que las personas
realizan en sus encuentros con sus semejantes en forma cotidiana. Bien sea en
el intercambiar ideas, pensamientos y reflexiones o en las reuniones
convocadas, casuales o coincidenciales, donde siempre es habitual la manifestación
de criterios sobre los sucesos diarios, tales como el tráfico urbano, el
problema de la basura, los precios de los productos de la dieta diaria, el
costo de los pasajes extraurbanos, el alquiler de viviendas, la delincuencia,
entre otros. Es el intercambio de pareceres que debaten sobre los problemas
cotidianos, discutidos con argumentos sencillos, pero con bases explicativas de
cierta contundencia justificada en el intercambio comunicacional diario. Lo
relevante del intercambio de ideas, es la forma como son sostenidas, pues se
utilizan criterios convincentes a simple vista, los cuales responden a la
epistemología del diario confrontar, agilizado por la reflexión cuestionadora y
crítica. Ello quiere decir, según Sánchez (2005), que con: … el diálogo, la discusión
y la divergencia se estimulan el desarrollo del lenguaje, del pensamiento y la
conciencia; derivándose así, la necesidad de incrementar el uso de la palabra
para lograr aprendizajes cooperativos que permitan fomentar la interacción con
el ambiente escolar (p. 70).
El diálogo está relacionado con la plática donde las
personas intercambian sus puntos de vista en forma abierta y cordial. Pero lo
destacable en este caso, es el fluir de la reciprocidad comunicacional donde se
debaten con detenimiento las razones y argumentos que explican los hechos. Allí
la conversación no encuentra barreras ni obstáculos que impidan el fluido
entrecruzamiento de la subjetividad, pues funciona el respeto por el juicio
emitido. Es esa la naturalidad que debe ser asumida en el acto pedagógico
debido a que facilita, con la medición del docente, la participación activa y
reflexiva de los alumnos. En el caso de la enseñanza de la geografía, implica
incentivar la conversación como punto de partida para promover deliberaciones
abiertas, razonables y críticas sobre los temas geográficos. Es la oportunidad
valiosa para que los educandos manifiesten sus pensamientos con suma facilidad,
y la espontaneidad del caso, sobre la realidad geográfica vivida y la emisión
de argumentos que explican los acontecimientos con naturalidad.
2. El uso didáctico de
la información suministrada por los medios de comunicación
Diariamente los medios de comunicación social
transmiten noticias, informaciones y conocimientos que, a la vez que divulgan
referencias sobre los diversos tópicos, mantienen informado al colectivo
social. Se trata de manifestaciones orales que reflejan la opinión sobre los
sucesos, unos a través de fotografías, textos escritos, publicidad, diagramas,
cuadros estadísticos, ojivas, símbolos e iconos, ante otros. Al respecto,
Svarzman (2000) piensa que esos datos también favorecen la elaboración de
opiniones personales sobre los sucesos cotidianos, en especial, los
geográficos.
Otro aspecto comunicacional a destacar, además de la
lectura de la prensa, al escuchar la radio y ver la televisión, lo constituye
el hecho de usar el teléfono, el celular, el fax, entre otros. En esos medios
se moviliza una intensa comunicación con datos falibles y poco certeros, pero
comentarios al fin, que sirven para generar matriz de opinión sobre la realidad
geográfica. Lo cierto es que las personas poseen criterios para cada acto
habitual al revelar su pensamiento sobre incidentes del momento en su lugar o
en cualquier comunidad en el amplio contexto internacional. Algo más, cuando el
educador de geografía formula una interrogante sobre un evento socio-ambiental,
para citar un ejemplo, los alumnos responden rápidamente con una expresión
natural y espontánea muy somera y superficial, pero personal, en muchos de los
casos, construida a partir de la información obtenida en los medios de
comunicación social. Es decir que si los docentes de geografía se preocuparan
por dar una importancia a esos saberes, el aprendizaje sería más revelador y
demostrativo, pues colocaría en evidencia la transformación cotidiana de las
ideas previas, aspecto básico en la elaboración de un saber más riguroso y
coherente con la formación que la sociedad exige a la institución educativa.
En los medios de comunicación social, los problemas
geográficos son temas cotidianos. Basta leer un periódico, escuchar la radio y
ver la televisión, para obtener una información actualizada sobre la dinámica
geográfica de la comunidad. Con esos datos, el docente de geografía, al
propiciar actividades para obtener, procesar e interpretar noticias emitidas
por los medios, contribuirá a incentivar explicaciones críticas sobre la
situación geográfica cotidiana, con la aplicación de estrategias de
investigación.
3. La experiencia
cotidiana
El ritmo de vida de todos los días es otro aspecto a
considerar en la renovación de los procesos de enseñanza y aprendizaje de la
geografía en el mundo contemporáneo. Punto de partida es la existencia intensa
de comunicación e interactuación donde las personas expresan, intercambian,
revisan y elaboran criterios particulares como resultado de su integración
social. Ya Delval (1997) apuntaba que esta interrelación fortalece la
experiencia del hogar hasta la vivencia del barrio, urbanización, colonia y
vereda hasta la comunidad citadina, donde se enseña con las orientaciones que
facilitan otras personas y se aprende empíricamente en actividades más
dinámicas y vivenciales. Se trata de los actos del desenvolvimiento habitual
pleno de interrelación con los habitantes y con el lugar, donde se desenvuelve
el ciclo rutinario de la existencia vital, constituido como el escenario rico y
plural de experiencias, prácticas, costumbres y hábitos que vive cada persona.
Lo importante de la participación en estos actos, son las repercusiones
formativas, porque diariamente sus ideas previas sufren los embates de la
negociación, el debate y el cuestionamiento que, de una u otra forma, mejoran
su bagaje experiencial y echan las bases de un acervo más argumentado con el
desarrollo de los acontecimientos vividos.
Opinan Franco de Novaes y Farias Vlach (2005), que
con una actividad pedagógica y geográfica asentada en la explicación reflexiva
y crítica de la realidad, los educandos como ciudadanos, comprenderán su
posición de actores de los acontecimientos de su espacio geográfico. Eso asegura
un efecto indiscutiblemente formativo que ayudará a promover los cambios de
actitud que tanto reclaman los geógrafos y los pedagogos ante el deterioro
ambiental que impone el capital al usar el espacio geográfico de manera
indiscriminada.
4. La investigación en
la calle:
Para el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes
(2000), en el Proyecto Educativo Nacional, uno de los retos fundamentales es
abordar la comunidad donde se inserta la escuela como objeto de conocimiento.
Se trata de la reivindicación de los ámbitos comunes y corrientes de la vida
diaria donde también se desarrollan otros procedimientos más sencillos y
efectivos para realizar la búsqueda de información sobre los sucesos
geográficos de interés personal y social. Esas maneras se desarrollan como
procesos de investigación estructurados con actividades similares y/o parecidas
a las acciones que emprende el investigador para producir un nuevo
conocimiento. Se parte de que el desarrollo de las actividades de todos los
días también es planificado, pero asimismo son ejecutadas en forma abierta y
flexible, a diferencia del sentido riguroso y estricto de la investigación
científica. Allí se emplean técnicas para la recolección de información, como
observar, preguntar y entrevistar y se dan a conocer las nuevos saberes en
acciones dialógicas donde la confrontación y la crítica, dan origen a una
explicación o resultado de la misma forma como se reestructuran y transforman
los saberes empíricos.
El conocimiento cotidiano se perfecciona en el mismo
escenario de los acontecimientos, porque se trata de un proceso donde no hay
diferencia entre la teoría con la práctica. Al contrario, esa interrelación
implica vivenciar una experiencia donde la acción y la reflexión van de la mano
en procura de un nuevo saber, de donde resulta otra experiencia cada vez más
fortalecida. Vale destacar que las explicaciones resultantes son más coherentes
con los sucesos, pues armonizan varios puntos de vista sobre la temática
estudiada.
Con la investigación de la calle, la enseñanza de la
geografía no tiene dificultades para abordar la compleja realidad geográfica
vivida, porque el docente negocia la pregunta o las preguntas a formular y los
alumnos buscan las respuestas. De esta forma llegarán al aula las nuevas
informaciones que emiten los individuos sobre el tema en estudio en el aula
escolar. Esto permite habilitar a los alumnos en la aplicación de estrategias
de investigación de una forma más sencilla, pedagógicamente más eficientes y
formativas.
En la opinión de Rodríguez, Gil y García (1999) la
idea es convertir el acto escolar en un acto investigador que se desarrolla en
la cotidianidad con el propósito de obtener informaciones, ubicar un lugar,
movilizarse para llegar a un sitio, averiguar un precio, comprar un producto,
entre otros y permitir al acto educante obtener datos en el desenvolvimiento de
los actos cotidianos. Estas acciones cotidianas deben ser incorporadas por los
docentes de geografía, con el objeto de mejorar la práctica de la enseñanza,
centrada en la aplicación de estrategias didácticas que ejerciten la
investigación. En cuanto a los aprendizajes, éstos serán el resultado de una
memorización más activa, básica para la reflexión y la construcción de una
subjetividad más crítica y creativa.
CONCLUSIÓN
La enseñanza y el aprendizaje bajo la perspectiva
tradicional lineal y mecánica es notablemente afectada por el sentido de
proceso abierto y flexible que se asigna al enseñar y aprender, un significado
más allá de simplemente acontecimiento de dictar y explicar una información
para ser memorizada. Se trata de emergentes planteamientos que colocan en tela
de juicio a la transmisión como enseñanza y al aprendizaje como memorización y
dan relevante importancia a la participación activa y reflexiva de los
educandos en la construcción del conocimiento.
En consecuencia, la enseñanza de la geografía
descriptiva, limitada a transferir nociones y conceptos, encuentra una valiosa
oportunidad en la apertura epistemológica al reivindicarse el conocimiento
cotidiano y los procesos de adquisición de información que allí se producen. Es
apreciar el espacio geográfico vivido, a partir del saber cultural e individual
donde la experiencia ciudadana alcanza un valor pedagógico fundamental y
primordial en el mejoramiento de los procesos de enseñar y aprender. En la
enseñanza geográfica, lo empírico está relacionado con lo cotidiano, pues son
las experiencias que a cada momento transforman el bagaje personal práctico y
sirven para elaborar nuevas explicaciones con un pensamiento ágil y renovado
permanentemente.
Así, el espacio geográfico es tema de reflexión
diaria en sus vicisitudes y problemas, aspecto que obliga al docente a
considerar los saberes previos que los alumnos han construido en su práctica
cotidiana. Es decir, el bagaje empírico pleno de conocimientos previos
adquirido en la participación activa y reflexiva en los escenarios habituales.
Bajo esta perspectiva, enseñar y aprender geografía encuentra la posibilidad
cierta de reorientar sus propósitos educativos más pertinentes con la
transformación de las necesidades sociales hacia un mejor calidad de vida. Esto
se logra en la medida en que el diálogo, la información de los medios, la
experiencia y la investigación en la calle, trastoquen el acervo experiencial,
el cual, a su vez, es modificado por la dificultad que promueve el docente
cuando enfrenta la información empírica con el conocimiento científico en la
práctica de aula. La confrontación entre la subjetividad, la realidad vivida,
las experiencias obtenidas diariamente y la indagación intencionada, echan las
bases de una renovación pedagógica para profundizar la participación y el
protagonismo ciudadano. De allí emergerá un entendimiento más coherente y
argumentado sobre la realidad geográfica vivida y se echarán las bases para una
formación educativa más acorde con los retos que plantea el complejo mundo
contemporáneo.
BIBLIOGRAFIA
1.
Delval, J. (1997). ¿Cómo se construye el conocimiento? Kikiriki, 42-43, 44-50.
2.
Franco de Novaes, I. y Farias Vlach, V.
(2005). Reflexiones acerca del papel de la geografía escolar para la conquista
de la ciudadanía. Ponencia en el X Encuentro de Geógrafos de América Latina.
Sao Paulo. Universidad de Sao Paulo, Brasil.
3.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTES
( 2000). Proyecto Educativo Nacional: La sociedad y país que queremos
construir. Descentralización, cambio organizacional y su concepción curricular.
Publicado en EDUCERE 10, 101-116.
4.
Rodríguez G., G.; J. Gil F. y García J.,
E. (1999). Metodología de la investigación cualitativa. Archidona (Málaga):
Aljibe.
5.
Svarzman, J. (2000). Beber en las Fuentes. La enseñanza de la historia a través
de la vida cotidiana. Buenos Aires: Novedades Educativas.
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